domingo, 22 de abril de 2012



OTRA PORCIÓN MÁS…

¿Seño a cuánto la porción?, fue lo primero que dije cuándo percibí ese peculiar olor en el aire que desequilibraban mis sentidos y más aún cuando me dijo 6 soles preciosa, mil gracias a la persona que invento los “benditos anticuchos”, amén. Ese olor tan reconocible que hace agua la boca de cualquier transeúnte que pasa por ahí y que claramente yo no fui la excepción.

No sabía si era el antojo desesperado que tenía o es que de verdad el olor que salían de los anticuchitos dorándose en la parrilla era demasiado bueno, que apresuraba a la seño para que ya estén listos. ¡Bien doradito por favor y con bastante ajicito y choclito seño!

Una morena sabrosona de esas que llevan el criollismo dentro con una sonrisa pícara me puso el platito de anticuchos delante mío, para que yo empezará a comérmelos casi sin respirar.

En mi vida había pasado por muchos puestitos de anticuchos, todos bien sabrosos pero este era especial, era diferente y lo supe desde que mordí el primer corazón sazonado con amor por aquella morena de buen comer, seguro también de tantos anticuchos suyos que han pasado por su boca. Estos son, estos son los anticuchos de la vida dije y la señora riéndose me dijo ¿otra porción?


Lleva ahí favoreciendo el paladar ajeno ya casi 8 años, se ha adueñado de esa esquina que ahora parece ser tan suya y que a la misma vez funciona como paradero, la cdra. 19 de la Av. Perú-SMP, está abarrotada por clientes que esperan pacientemente su turno. Doña Teresa o Tere como la llaman sus conocidos nunca la encontrarás de mal humor. Para qué tratar mal a la clientela si ellos no tienen la culpa que tu día no haya sido cómo te lo esperabas, me dice entre risas y con sus ojos bien abiertos.

Doña Tere se animó a poner su anticuchería con el apoyo de su esposo, al principio salía solo los fines de semana pero al ver la acogida de la gente, se animó por salir de jueves a domingo y así se quedó hasta ahora. Su madre le enseñó el arte de cocinar y fue por ella también que aprendió a hacer los “benditos anticuchos”, gracias a su madre ahora tenemos el privilegio de que nuestro paladares degusten una delicia como esta.

Sé que estarás pensando: pero anticuchos, lo encontramos en cada esquina, por todas partes y todos son ricos. Sí tienes razón, pero creo que te falta probar éste para que cambies de opinión, es más creo que el éxito no solo es el rico sabor si no el trato que recibes por Tere, ambos factores forman un binomio perfecto para que con gusto vuelvas a ir una y otra vez, si así lo quieres.

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